Tomado del blog Mira que te lo tengo dicho, del diario El País.
He estado esta mañana en la inauguración del curso de la Escuela de Periodismo de El País y he escuchado a una muy joven periodista, María Martín, que acaba de terminar el máster y ya empieza a ejercer el oficio. El oficio ya no es lo que era, se dice, y es cierto; mi padre me decía: “No te hagas periodista, que los periodistas siempre andan con los calzones rotos por el culo”.
Me hice periodista. Me haría periodista otra vez, a pesar de que, en efecto, ya las cosas no son lo que fueron; María se lo decía, con un verbo cálido, emocionado, a sus compañeros de máster: ahora hay que trabajar como si todos los días se inventara el oficio; y así es, hay que inventarlo cada día, porque a veces lo dinamitan. Joaquín Estefanía, el director de la Escuela, advirtió, igual que el conferenciante, William Baker, sobre la naturaleza de esa dinamita. El periodismo está acosado por la facilidad con la que se olvida el rigor, la pericia que han hallado fascinerosos de la profesión la obligación del contraste. Aun así, a pesar de esa crisis que ha hecho mella en todos los vectores del periodismo escrito, hablado o televisado, ahora me haría periodista otra vez; sería feliz en esa fila de los nuevos del master, estaría buscando un hueco por el que ir metiendo la cantidad de orgullo del que parte la vocación por contarle a la gente lo que le pasa a la gente. Antes se decía que este es un oficio que uno haría gratis. Lo haría, volvería a las redacciones como si se acabara de inventar el mejor oficio del mundo y yo tuviera ganas de entrar en ese tobogán extraño pero maravilloso. Lo curioso es que ahora parece que muchos querrían que fuera gratis. Decía Juan José Millás ayer en La Vanguardia (recogido por Joana Bonet) que muchos quisieran que los escritores dieran gratis sus textos. Y eso mismo pasa con los que quieren robar lo que otros escriben, colgarlos en sus sistemas de comunicación, y además enrabietarse porque los que son robados quisieran ser pagados. Pero esa es otra cuestión, de la que por cierto habló Baker en la entrevista que hoy publica en El País Carmen Pérez Lanzac. Y de eso habló él mismo en la inauguración de la Escuela de Periodismo, información que seguro que ustedes hallarán en la edición inmediata de nuestro periódico.
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