El asesinato de Rosana Galliano (29 años), sacudió el verano. Cuatro disparos terminaron con su vida, dejando a dos hijos sin mamá. Vivía en un barrio de clase media, llamado “El Remanso”, ubicado en el gran Buenos Aires, lugar donde ella no encontró tranquilidad.
A las pocas horas, muchos creyeron ver similitudes con otros crímenes ocurridos en barrios privados, cuyas familias llenas de “glamour” generan noticias con algo de morbo. Los medios nacionales “rompieron sus pantallas”. Comenzaron a alternar mujeres de colas firmes en la orilla de la playa, con casos de mujeres asesinadas.
“Otro crimen en un country”, titularon. Y se comenzó a mencionar una lista de posibles amantes, aventuras extraconyugales, y fantasías sexuales. Las comparaciones con las muertes de María Marta Belsunce, y Nora Dalmasso fueron tan inevitables como erróneas.
Un hombre calvo y 30 años mayor que la joven muerta enfrentó a los micrófonos. Se llama José Arce. Tiene cara de poco amigos y gestos torpes. Es el viudo. El padre de los dos hijos que ahora no tienen mamá. El hombre fue acusado por la familia de la victima como sospechoso del asesinato. Él salió a defenderse.
“Yo no soy Carrascosa”, dijo en alusión a otro viudo, el de María Marta Belsunce, muerta no se sabe aún por quién. La televisión insistió, y trazó paralelos entre los asesinatos de Nora Dalmasso, María Marta y Rosana. Nada tienen en común, salvó que hasta el momento los tres crímenes permanecen impunes.
“Yo no soy Carrascosa”, repitió José Arce, frunciendo sus cejas. Y en el juego de las diferencias, quizás tenga razón. Arce dice vender pollos; el “gordo” Carrascosa es agente de bolsa. El esposo de Norita es un traumatólogo reconocido.
José Arce estuvo en Estados Unidos, dónde terminó preso por consumir drogas. No puede volver a pisar el país del norte. Carrascosa viajó por todo el mundo; el marido de Nora participaba de simposios internacionales. Arce, no alcanza a terminar un partido de tute cabrero. Carrascosa juega el bridge. El traumatólogo es campeón de golf. En el crimen de Río Cuarto, vincularon a ejecutivos, políticos y empresarios a la vida sentimental de Norita. Un jardinero y un heladero fueron relacionados con Rosana por Arce que, se reconoció “cornudo”, pero no mandó un mensaje de texto al 1515 donde ayudan a las víctimas de la infidelidad. Ironías la margen, el verano suele ofrecer en las salas de teatro comedias musicales y la televisión parece empeñada en hacer de cada crimen un Gran Hermano.
A las pocas horas, muchos creyeron ver similitudes con otros crímenes ocurridos en barrios privados, cuyas familias llenas de “glamour” generan noticias con algo de morbo. Los medios nacionales “rompieron sus pantallas”. Comenzaron a alternar mujeres de colas firmes en la orilla de la playa, con casos de mujeres asesinadas.
“Otro crimen en un country”, titularon. Y se comenzó a mencionar una lista de posibles amantes, aventuras extraconyugales, y fantasías sexuales. Las comparaciones con las muertes de María Marta Belsunce, y Nora Dalmasso fueron tan inevitables como erróneas.
Un hombre calvo y 30 años mayor que la joven muerta enfrentó a los micrófonos. Se llama José Arce. Tiene cara de poco amigos y gestos torpes. Es el viudo. El padre de los dos hijos que ahora no tienen mamá. El hombre fue acusado por la familia de la victima como sospechoso del asesinato. Él salió a defenderse.
“Yo no soy Carrascosa”, dijo en alusión a otro viudo, el de María Marta Belsunce, muerta no se sabe aún por quién. La televisión insistió, y trazó paralelos entre los asesinatos de Nora Dalmasso, María Marta y Rosana. Nada tienen en común, salvó que hasta el momento los tres crímenes permanecen impunes.
“Yo no soy Carrascosa”, repitió José Arce, frunciendo sus cejas. Y en el juego de las diferencias, quizás tenga razón. Arce dice vender pollos; el “gordo” Carrascosa es agente de bolsa. El esposo de Norita es un traumatólogo reconocido.
José Arce estuvo en Estados Unidos, dónde terminó preso por consumir drogas. No puede volver a pisar el país del norte. Carrascosa viajó por todo el mundo; el marido de Nora participaba de simposios internacionales. Arce, no alcanza a terminar un partido de tute cabrero. Carrascosa juega el bridge. El traumatólogo es campeón de golf. En el crimen de Río Cuarto, vincularon a ejecutivos, políticos y empresarios a la vida sentimental de Norita. Un jardinero y un heladero fueron relacionados con Rosana por Arce que, se reconoció “cornudo”, pero no mandó un mensaje de texto al 1515 donde ayudan a las víctimas de la infidelidad. Ironías la margen, el verano suele ofrecer en las salas de teatro comedias musicales y la televisión parece empeñada en hacer de cada crimen un Gran Hermano.
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